El género de terror es uno de los más difíciles. El público es exigente y asustar con dignidad no está al alcance de todos. Por eso, cuando una serie de miedo consigue llegar al público y ser alagada incluso por uno de los grandes como Stephen King, nos sorprende que se cancele su continuidad cuando parecía que ya tenía asegurada la siguiente temporada. Intentemos elucubrar y descubrir el porqué.
Marianne reunía bastantes cosas buenas. Por un lado daba miedo, que es su deber. Había tensión a raudales, tanto en el plano psicológico como en el puro de "que viene el susto, quiero estar preparado pero me lo van a dar". Por otro lado había repulsión, asco o como lo queráis llamar ante ciertos elementos que aparecían en la serie, elementos cotidianos al fin y al cabo, pero utilizados de manera repulsiva. Y también había humor entrelazado para liberar la tensión acumulada esperando el próximo sobresalto. Todo esta combinación le daban a Marianne su toque de interés, que por desgracia quedará ya en el recuerdo.
Ante esta situación, se nos ocurren los siguientes motivos para su cancelación:
- Su presupuesto era tan elevado que no era rentable. Las localizaciones eran normales y los efectos especiales también, por lo que esta opción es dudosa.
- Su creador, Samuel Bodin, tenía otros proyectos más interesantes. Acaba de saltar la noticia de que dirigirá una película llamaba Cobweb nada menos que para Lionsgate, así que a día de hoy es una opción posible pero no en el momento de la cancelación.
- Era tan buena que preferían no estropearla con una segunda temporada mediocre. A saber, esto habría que contrastarlo con el autor para ver qué ideas tenía al respecto.
O quizás...
Había que pararle los pies a la bruja Marianne. Si en un principio se alimentaba de la lectura de los libros que contaban sus historias, ahora lo hacía de la audiencia de la serie y estábamos ante una creciente amenaza.
Mientras nos lamemos las heridas, preferimos creer en esta última opción, a la espera de que surja algún milagro y sea rescatada por otra plataforma o algo parecido. Quién sabe.
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