Y es que no ha sido fácil seguir la trama tras tanto viaje en el tiempo y la multiplicación por tres o más de cada personaje y cada subtrama, que a su vez interactuaban entre sí requiriendo una gran capacidad de concentración. Según nuestra experiencia personal, cuando llegaban esos momentos de crisis en los que creíamos estar perdidos, lo mejor era mantener la calma y dejarse llevar, que poco a poco se aclararían las cosas. Otros momentos críticos eran aquellos en que la trama en lugar de desentrelazarse se enredaba aún más y las dudas sobre si llegaríamos a un final coherente aumentaban. Y una vez alcanzado el esperado desenlace, podemos afirmar que el resultado ha sido satisfactorio.
Aparte del puro entretenimiento, esta serie deja una serie de cuestiones en el aire para que reflexionemos sobre ellas, ya sea a nivel personal o comentándolas con otros que hayan visionado la serie. Preguntas de tipo trascendental sobre el destino, si está escrito y planificado de antemano o somos nosotros los que con nuestras acciones diarias lo vamos formando. ¿O quizás esto es sólo una ilusión y aunque creemos que elegimos nuestro camino éste ya está trazado? Difícil respuesta porque cada vez que tomamos una decisión y escogemos el camino A en lugar del B, nunca sabremos lo que nos depararía haber elegido la otra opción. Y por elucubrar un poco más, en muchas ocasiones la sensación es que vayamos por donde vayamos siempre acabamos en el mismo sitio. Lo que está claro es que nunca sabremos que pasó con el ojo perdido del policía.
Punto final. Se acabó Dark para siempre. Hemos disfrutado mucho con esta serie que sin duda alcanzará un lugar muy alto en la lista de las mejores. Ojalá vengan muchas más que estén a su altura. Y quién sabe si en un futuro próximo algunas de sus fantasías no se hagan realidad.
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